La terrible criatura mitológica Jocantaro yace en el fondo del océano, en las costas de la ciudad de Torremolinos. Un malvado doctor inicia un plan para hacerle surgir de las profundidades y dominar el mundo. Por ahí aparecerán vírgenes, zombis karatekas, grupos musicales y surfistas católicos.
Hay veces que el cine “casposo” tiene gracia por su ridiculez o su falta de vergüenza ajena.
En esta ópera prima de Pedro Temboury, claramente inspirada en la productora Troma, el cine de Jess Franco (quien efectúa un cameo), las peliculas de kung fu y con unas cuantas gotas de H.P. Lovecraft , hay ridiculez pero no hace gracia, hay falta de vergüenza ajena pero da mucha vergüenza.
Rodada con pocos medios y todavía menos imaginación y falta de ritmo, este Karate a Muerte en Torremolinos consigue la magia de convertir una hora y cuarto de duración en condena a cadena perpetua.
Horrible.