Assassination Nation

Lily, Em, Sarah y Bex viven el el pueblo de Salem y, al igual que ocurrió siglos atrás, se verán envueltas en una violenta caza de brujas cuando un hacker haga que todos los secretos del pueblo salgan a la luz.

La cinta de Sam Levinson me irrita y gusta a partes iguales. Entiendo qué quiere contar e, incluso, considero un acierto que haya enfocado el punto de mira en unas adolescentes que, a punto de acabar el instituto, tienen los ojos puestos en la universidad para marcharse de allí; no entiendo el falso discurso nihilista que adopta , la verborrea continua con frases que no llevan a ninguna parte, envuelto todo en música e imágenes videocliperas. ¿Están las protagonistas tan aburridas de sus vida o es todo una pose para hacerse las interesantes?

En esta primera parte, que casi obliga a parar la reproducción si no entras al juego, hay estallidos de buenas ideas como mantener en primer plano a todos aquellos que son juzgados mientras la masa, el populacho, siempre es mantenido en las sombras… Menos mal que luego, aunque no deja de lado el tono intenso marca de la casa, deja de tomarse en serio y se convierte en una cinta repleta de violencia y sangre, a veces por la cara, donde encontramos los mejores instantes. Eso si, la revelación final se ve llegar desde tras calles antes.

Una cinta a la que dar una oportunidad, pero con paciencia, y cuya idea central no solo es vigente sino necesaria en estos tiempos, pero que se pierde entre las florituras visuales y literarias de Sam Levinson.

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